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Adviento: tiempo de espera

28.11.2021

El viejo año litúrgico casi ha terminado, el nuevo está punto de comenzar. El tiempo de Adviento, palabra derivada de latín y que significa llegada o venida, es por excelencia el momento en que los cristianos deben tomar conciencia de la pronta venida de Jesucristo. ¡Que el tiempo de espera sea un tiempo activo!
 
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Los Servicios Divinos del tiempo de Adviento siempre tienen una impronta especial. Hay muchos himnos conocidos, se monta y se adorna el árbol de Navidad; para los niños, y también para muchos adultos, es un tiempo de expectativas. En los Servicios Divinos nuevo apostólicos, las prédicas de este Adviento están bajo el tema esperanza del futuro.

La espera

Los cuatro domingos de Adviento tienen en común la temática de la espera. Por un lado, se refieren a la espera vinculada con la encarnación de Dios y, por otro, expresan la espera del retorno de Cristo.

El primer Servicio Divino de Adviento glorificamos a Dios por el envío del Salvador, como lo hizo Zacarías en la antigüedad. El Salvador quiere salvar a cada ser humano. Purificados por su palabra y su gracia, podemos cumplir el encargo que Él nos ha con-fiado: anunciar el Evangelio. En el retorno de nuestro Salvador, Dios nos librará definitivamente de todo mal y nos conducirá a su reino.

El primer domingo de diciembre, que es el segundo Adviento, se aborda en la prédica un tema que atañe a la naturaleza de Cristo, en particular su relación con el Padre. El Hijo no solo es semejante al Padre, sino más bien igual a Él: Padre e Hijo son el Dios uno. Para los creyentes esto significa que pueden considerar a Jesús un amigo y hermano, pero que no deben pasar por alto su divinidad y su gloria.

El tercer Adviento, es decir, el segundo domingo de diciembre, está dedicado a la encarnación de Dios en Jesucristo. En Jesús se hizo carne el Verbo eterno, que descendió al mundo de la humanidad, fue parte de él y compartió sus necesidades. Jesús como hombre no nació para tener una vida agradable y exitosa, sino para morir por la salvación de todos los seres humanos y darles la posibilidad de acceder a la comunión eterna con Dios.

La prédica del cuarto Adviento, en el tercer domingo de diciembre, fortalecerá nuestra esperanza y nuestra confianza en Dios. Con ese fin recordamos algunos sucesos esenciales de la historia de la salvación: la realidad de la encarnación de Dios en Jesucristo, su resurrección de los muertos y su retorno. Vivimos en la certeza de que el final de la historia ya ha sido trazado y nos acompaña la certeza de que ningún suceso histórico puede poner en duda el retorno de Cristo.

Cuatro domingos, cuatro velas

Normalmente se colocan cuatro velas en la corona de adviento en representación a los cuatro domingos previos a Navidad y algunas veces existe una quinta en color blanco que representa a Cristo.

Los colores comunes que utiliza una corona de Adviento son el morado y el rosa; actualmente también se utilizan las cuatro velas en color rojo, blanco o dorado sólo por estética decorativa. En la corona original de adviento, tres velas son moradas y una es rosa. El morado representa simbólicamente la preparación espiritual de la llegada de Cristo. El rosa, significa la cercanía del nacimiento del niño Jesús.

Cada domingo se enciende una vela, hasta completar las cuatro velas encendidas.