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Viernes Santo 2022: Servicio Divino del Apóstol Mayor en Ginebra (Suiza)

15.04.2022

El Apóstol Mayor viajó a Ginebra para celebrar el Servicio Divino el Viernes Santo. Sirvió a las comunidades de Ginebra y de la región.
 
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El texto bíblico que sirve de base para el Servicio Divino se encuentra en la 2ª epístola de Pablo a los Corintios 5 : 14 y 15;

"Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos."

La celebración del Viernes Santo nos recuerda la muerte de Jesucristo. Por la crucifixión, castigo infame que los romanos reservaban para los peores criminales, tuvo que soportar los más atroces sufrimientos físicos. Esta condena fue consecuencia de un juicio injusto, seguido de burla, tortura e ignominia. Jesús estaba solo, traicionado y abandonado por los suyos. Sufrió tanto sufrimiento corporal como moral.

Incluso la relación con su Padre fue atacada pero Él no cedió, llevado por el amor que le tiene. Murió como el “peor de los hombres” para convertir a quien lo reconozca en el “mejor de los hombres”, dijo el Apóstol Mayor. Su sacrificio es válido para todos los seres humanos que reconocen a Jesús en su persona, que creen en su palabra, en la eficacia de su sacrificio y en la dependencia de su gracia.

"…uno murió por todos…”: Jesús comparte el beneficio de su victoria con todos los hombres que creen en él. Él les ofrece la salvación. Incluso si el hombre hubiera dicho "no" a Dios, éste dijo "sí" al hombre. Demuestra su amor ofreciendo gracia incluso al peor pecador. El apóstol Pablo, que escribió esta epístola a los Corintios, había asolado a la Iglesia y perseguido a los cristianos antes de decir “sí” a Dios. Por gracia, todos deberían tener la oportunidad de ser librados del pecado.

Jesús vivió sin pecar, amó a Dios de manera perfecta y al prójimo de la misma manera. La mentalidad del Hijo de Dios sigue siendo hoy la referencia para todos y nadie puede pretender vivir en tal perfección. Todos necesitamos la gracia porque somos pecadores. Sólo el Redentor es excepcional. Obtenida por Jesucristo en condiciones atroces, la gracia no debe convertirse en un juego, concluyó el Apóstol Mayor.

El regreso de Jesús y la vida con Dios son los fines últimos de nuestra existencia.