El tercer domingo de Adviento, el Apóstol de Distrito ofició basándose en la palabra bíblica de 2 Corintios 11:2 «Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo.».

El Apóstol de Distrito inició la prédica con emoción, dirigiéndose a los niños, refiriéndose a las tres velas encendidas en el altar, lo que significa que no falta mucho para Navidad, pero a veces parece que el tiempo se alarga. «Menos mal nosotros no sabemos cuándo viene el Señor, porque se nos puede parecer muy largo. Al final va a llegar antes de lo que podemos imaginar», expresó.

¿Cómo nos preparamos para las bodas en el cielo?

El ministerio tomó como ejemplo la niñez, haciendo la pregunta si las niñas han jugado como novias y un hermano como el novio. Detalló cómo las niñas imaginan casarse con un vestido bonito, con flores, quizás con velo, manifestando que es algo maravilloso y bonito, algo que causa alegría. De la misma manera, señaló que, en el antiguo testamento Dios se mostró como el Novio y el pueblo como la novia. Sobre esto, dejó diversas preguntas, entre ellas:

• Él me conoce y me quiere como novia de Dios pero, ¿yo le quiero a también a Él? 
• ¿Cómo me puedo preparar para la bodas en el cielo? Una vez al día deberíamos pensar en ello.
  

Quienes nos ayudan son los siervos de Dios, el apostolado, para que la novia pueda estar así tan bella, para que todos estén preparados.

Tras el cántico "Una parte de Dios está en mi" se dio paso al Obispo Olmedo, quien expresó «Dios nos ha elegido y eso es un misterio, porque no podemos decir que Dios nos ha elegido porque somos mejores, Él ha mirado nuestros corazones y nos ha elegido, y por esa elección Él nos ha regalado todo su amor».

Luego, el coro de niños realizó el cántico "Gracias Padre hoy te doy" para así dar lugar al Anciano de Distrito Alganza, que entre otras cosas dijo: «En el Señor no puede haber nada de apariencia, la novia debe tener ese celo de Dios dentro del corazón, preparándose para la boda, haciéndolo todo por amor y de la mejor manera, porque es el Novio quien la espera.»

Tras la celebración de la Santa Cena para la comunidad, se procedió a la celebración de la misma para los difuntos, y fueron el Obispo Olmedo y quien sería colocado como nuevo Obispo quienes recibieron en su nombre pan y vino para el perdón de los pecados.

La obra continúa, con el mismo amor

Luego de este acto, se procedió a la puesta en descanso del Obispo Olmedo. «La palabra exacta para describirte sería amor, ese amor divino, tú que has hecho que se pueda vivir, a través de tu celo, que ningún camino era difícil o demasiado largo, tú querías acercarte a los hermanos, tú también querías apoyarles para prepararse y tú has puesto de tu fe en sus corazones, siempre los has fortificado de no rendirse nunca», fueron algunas de las palabras del Apóstol de Distrito.

El coro entonó "Padre, necesito que te sientes a mi lado", y seguidamente el Anciano de Distrito fue llamado para ser nombrado como Obispo. El Apóstol de Distrito mencionó: «Es un momento muy santo, porque el Santísimo te llama, es nuestro gran Dios, no es un llamamiento humano, es un llamamiento divino, quizás te hayas asustado, pero tú no tenías ninguna duda que a Dios no se le dice “no”, sino siempre con “sí".

Al terminar el Servicio Divino, la gran comunidad de 190 almas pudo vivir un hermoso momento de comunión, disfrutando de una buena comida.