Mis queridos hermanos en la fe:
Permitidme por favor que, un instante antes de comenzar el Servicio Divino, me dirija a vosotros con unos pensamientos personales. Podemos celebrar juntos el Servicio Divino de Navidad y conmemoramos con agradecimiento y alegría la encarnación de Dios en su Hijo.
Sí, en Navidad también procede echar la mirada atrás. Previsto desde hace tiempo, Jesús no nació en cualquier momento, sino cuando, según la voluntad de Dios, «se había cumplido el tiempo». Hoy en día ya no encontramos a Jesús en el establo de Belén: Él está en el centro de la comunidad, que se está preparando para su retorno como Novio del alma. Él vendrá – cuando se haya cumplido el tiempo.
Si observamos el mundo, vemos crisis, guerra e inflación. Cada vez más personas se distancian de Dios. En cualquier lugar se percibe temor, preocupaciones y una gran inseguridad.
¡Nosotros miramos hacia Jesús! Estamos amparados en la comunión con Cristo. Con su amor incondicional nos quiere ofrecer luz, esperanza y confianza a través de la palabra y la gracia, muy especialmente también en estos tiempos navideños. Aceptemos estos regalos y compartámoslos con aquellos que anhelan paz y consuelo de Dios.
De corazón unidos con vosotros, os saludo con el saludo de la paz, vuestro
Jürg Zbinden