Un mensaje sobre la asistencia espiritual

El sábado 14 de enero, los ministerios de Madrid y Zaragoza tuvieron la reunión anual de los ministerios del distrito Centro, bajo la dirección del Obispo Alganza.

La reunión se centró en un mensaje de video del Apóstol de Distrito, Jürg Zbinden, en el cual este explica que la asistencia espiritual ha de entenderse de forma más amplia. La asistencia espiritual no es una mera cuestión de una visita, en la que un ministerio transmite la palabra de Dios con autoridad ministerial. «La asistencia espiritual nos concierne a todos», comenta en el vídeo el Apóstol de Distrito. En este sentido, se explica en el mensaje que «la asistencia espiritual incluye el cuidado de la otra persona, interesándose por sus preocupaciones, alegrías y penas, estando dispuesto a escuchar atentamente, a consolar, a interceder en la oración personal y en actuar para esta persona, de forma integral, es decir, alma, espíritu y cuerpo. ¿Puede una sola parte de la comunidad ofrecer una asistencia espiritual integral? Vemos que la asistencia espiritual es el cuidado, es la caridad en acción. Esta no es, ni puede ser una tarea exclusiva de los portadores de ministerio.» 

El Apóstol de Distrito de esta manera exhorta a que «cada hermana, cada hermano puede, incluso debe proporcionar asistencia espiritual con sus dones, a partir de sus experiencias y su fe.» Prosigue: «No esperemos al “otro”, si no seamos activos nosotros mismos. Jesús lo expresó con estas palabras: ¿Qué quieres que te haga?»

El siguiente paso será que próximamente todas las comunidades en la zona Centro puedan ver el video.

La fuerza de un dedo

«Entonces los hechiceros dijeron a Faraón: Dedo de Dios es este. Mas el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como Jehová lo había dicho.» De esta palabra en Éxodo 8:19 sirvió el Obispo la comunidad de Madrid el domingo 15 de enero.

La palabra podría resultar un tanto extraña, comentaba el oficiante del Servicio Divino, por eso la puso en contexto. Los israelitas vivieron en esclavitud en Egipto y el Faraón no estaba dispuesto a dejarlos marchar. Para “convencer” al Faraón, Moisés mandó las plagas por orden de Dios. Los hechiceros reconocen en la palabra bíblica que lo que estaba pasando era algo muy grande, no humano.

El Obispo se dirigió directamente a los niños: «¿Creéis que un solo dedo tiene mucha fuerza?». Parece que no, pero: «¿Nunca te han empujado a la piscina? ¡A veces con un dedo es suficiente!».

Los hechiceros reconocieron que el dedo era de Dios. Fueron capaces de ver que había intervenido Dios. Si esto lo aplicamos a nuestra vida personal, nos podemos sentir reconfortados porque Dios está con nosotros e intervendrá en el momento oportuno.

En su servir, el dirigente de la comunidad volvió sobre el ejemplo de la piscina: «Parece una broma pesada, pero ahí está la diferencia: nuestro Padre Celestial no gasta bromas pesadas, cualquier prueba que tengamos superar, sirve para nuestro bien y nuestra terminación. Incluso es posible que podamos aprovechar esta experiencia para ayudar al prójimo».

Dejar huella

Otro Pastor aportó una imagen muy bonita: «Cuando una superficie de agua está en calma, no se ve nada, pero tocándola con un solo dedo, provoca inmediatamente un movimiento. Las ondas circulares pueden ser enormes.»

Estemos tranquilos, calmados, para que Dios pueda tocar nuestros corazones.

Después de la celebración de la Santa Cena y la oración final hubo tiempo para la despedida. Posteriormente, los jóvenes habían preparado un desayuno para fomentar la comunión entre los hermanos.