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Catecismo en preguntas y respuestas

02. La Confesión de fe

Una Confesión de fe resume los contenidos esenciales de una doctrina de fe. La Confesión de fe dice aquello que profesan todos los miembros de una congregación religiosa.
Una congregación religiosa se diferencia de otra por su Confesión de fe.

Sí, ya en el Antiguo Testamento se encuentran textos que expresan la convicción de fe que se tenía en común. En una de esas Confesiones de fe dice: “… Jehová nuestro Dios, Jehová uno es” (Deuteronomio 6:4). Esta Confesión con el título de “Oye, Israel” era profesada por los israelitas conjuntamente. Proclamaban en ella su fe en Dios, que es uno, en un tiempo en el que los pueblos que los rodeaban veneraban a diferentes dioses.
En el Nuevo Testamento se encuentran textos que expresan en sus fórmulas que Dios concede la salvación en Jesucristo. Ejemplos de Confesiones de fe del Nuevo Testamento son:

  • “Jesús es el Señor” (Romanos 10:9);
  • “Maran-ata” (1 Corintios 16:22) = “El Señor viene”
  • “Ha resucitado el Señor verdaderamente” (Lucas 24:34)

“Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación”
Romanos 10:9-10)

Las primeras Confesiones de fe cristianas son denominadas “Confesiones de fe de la Iglesia antigua”. Surgieron entre los siglos II y IV después de Cristo. En ese tiempo se terminaron de formular la doctrina de la Trinidad Divina y la doctrina de la naturaleza de Jesucristo.
Se hicieron necesarias porque había habido peleas sobre los contenidos de la fe. Por ejemplo estaba la opinión de que Jesucristo no había muerto verdaderamente en la cruz y que no había resucitado verdaderamente. Por medio de la Confesión de fe se tomaba distancia de esas falsas doctrinas.

El criterio para decidir si un enunciado sobre la naturaleza y el obrar de Dios podía formar parte de una Confesión de fe, era su conformidad con la enseñanza de Cristo y sus Apóstoles.

Las dos Confesiones de fe más importantes de la Iglesia antigua son la Confesión de fe apostólica (“Apostolicum”) y la Confesión de fe de Nicea-Constantinopla. Los principios básicos de la Confesión de fe apostólica se compilaron en el siglo II y se modificaron ligeramente en el siglo IV. La Confesión de fe de Nicea-Constantinopla es el resultado de los concilios de Nicea (en el año 325 d.C.) y de Constantinopla (en el año 381 d.C.). En esta Confesión de fe se deja establecida ante todo la confesión a la Trinidad Divina.

Un concilio es una asamblea de altos dignatarios eclesiásticos que se reúnen para debatir sobre importantes temas relativos a la fe.

“Creo en Dios Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo; nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; ascendió a los cielos; está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso, desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia universal [católica], la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de los muertos y la vida eterna. Amén.”

El término “católico” proviene de la palabra griega “katholikós” y significa “universal”‚ “general”. En ambas Confesiones de fe antiguas, con el término “católica” no se hace referencia a una Iglesia como institución, sino a la Iglesia de Cristo en su universalidad.

“Creo en un solo Dios, Padre omnipotente, hacedor del cielo y de la tierra, de todas las cosas visibles e invisibles. Y en un solo Señor Jesucristo, Hijo de Dios unigénito y nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero. Engendrado, no hecho, consustancial con el Padre, por quien fueron hechas todas las cosas, quien por nosotros los hombres y la salvación nuestra, descendió de los cielos. Y se encarnó de María Virgen por obra del Espíritu Santo y se hizo hombre, y fue crucificado por nosotros bajo Poncio Pilato, padeció y fue sepultado. Y resucitó al tercer día, según las Escrituras. Y subió al cielo, está sentado a la diestra del Padre, y otra vez ha de venir con gloria a juzgar a los vivos y a los muertos; y su reino no tendrá fin. Y en el Espíritu Santo, Señor y vivificante, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo ha de ser adorado y glorificado, que habló por los santos profetas. Y en una sola santa Iglesia universal [católica] y apostólica. Confieso un solo bautismo para la remisión de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del siglo futuro. Amén.”

La doctrina de la Iglesia Nueva Apostólica se basa en la Sagrada Escritura. Las Confesiones de fe de la Iglesia antigua resumen los contenidos esenciales de los que da testimonio la Sagrada Escritura. La Iglesia Nueva Apostólica se profesa a la fe formulada en ambas Confesiones de la Iglesia antigua: en el trino Dios, en Jesucristo como verdadero Dios y verdadero hombre, en el nacimiento de Jesús por la virgen María, en el envío del Espíritu Santo, en la Iglesia, los Sacramentos, la espera del retorno de Cristo y la resurrección de los muertos.
A pesar de las diferencias existentes entre las distintas congregaciones religiosas, estas Confesiones representan un elemento que vincula a los cristianos entre sí.

“Confesión” significa “credo, pertenencia a una Iglesia”. También se llama “confesiones” a las diferentes congregaciones religiosas cristianas.

“Yo creo en Dios, el Padre, el Todopoderoso, el Creador del cielo y de la tierra.
Yo creo en Jesucristo, el unigénito Hijo de Dios, nuestro Señor, concebido por el Espíritu Santo, nacido de la virgen María, que padeció bajo Poncio Pilato, que fue crucificado, muerto y sepultado, que entró en el reino de la muerte, que al tercer día resucitó de los muertos y ascendió al cielo, y está sentado a la diestra de Dios, el Padre todopoderoso, de donde vendrá nuevamente.
Yo creo en el Espíritu Santo, en la Iglesia, que es una, santa, universal y apostólica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna.
Yo creo que el Señor Jesús gobierna en su Iglesia y que para ello ha enviado a sus Apóstoles y hasta su retorno aún los envía con el encargo de enseñar, de perdonar pecados en su nombre y de bautizar con agua y con Espíritu Santo.
Yo creo que los escogidos por Dios para un ministerio son instituidos únicamente por Apóstoles, y que el poder, la bendición y la santificación para su servir provienen del ministerio de Apóstol.
Yo creo que el Santo Bautismo con Agua es el primer paso para la renovación del hombre en el Espíritu Santo, y que el bautizado es adoptado en la congregación de aquellos que creen en Jesucristo y se profesan a Él como su Señor.
Yo creo que la Santa Cena ha sido instituida por el Señor mismo en memoria del una vez ofrecido, plenamente valedero sacrificio y de la amarga pasión y muerte de Cristo. El gustar dignamente la Santa Cena nos garantiza la comunión de vida con Jesucristo, nuestro Señor. Es celebrada con pan sin levadura y vino; ambos deben ser separados y suministrados por un portador de ministerio autorizado por el Apóstol.
Yo creo que los bautizados con agua deben recibir el don del Espíritu Santo a través de un Apóstol para alcanzar la filiación divina y las condiciones previas para la primogenitura.
Yo creo que el Señor Jesús vendrá nuevamente tan seguro como ascendió al cielo y que tomará consigo a las primicias de los muertos y los vivos que esperaron su venida y fueron preparadas; que después de las bodas en el cielo regresará con ellas a la tierra, establecerá su reino de paz y ellas reinarán con Él como el sacerdocio real. Al finalizar el reino de paz, Él hará el juicio final. Luego Dios creará un cielo nuevo y una tierra nueva y morará junto a su pueblo.
Yo creo que estoy comprometido a obedecer a las autoridades mundanas, siempre que con ello no sean transgredidas las leyes divinas.”

La Confesión de fe nuevoapostólica es el resultado de la interpretación de la Sagrada Escritura y de las Confesiones de la Iglesia antigua por los Apóstoles.
En su contenido y su lenguaje actuales, surgió respondiendo a la evolución de la doctrina de fe y de la profundización del reconocimiento.
Al redactarla se tuvo plena conciencia de que el amor, la gracia y la omnipotencia de Dios no pueden ser desarrollados suficientemente. Son siempre mucho más grandes que lo que el hombre pueda decir de ellas. La Confesión de fe no pone límites que nieguen a otros cristianos su participación en la salvación.

Salvación: ver preguntas 243. ss.

La Confesión de fe nuevoapostólica expresa en diez artículos la doctrina de fe de la Iglesia Nueva Apostólica con carácter vinculante. También cumple la función de constituir la impronta de la posición de fe de los cristianos nuevoapostólicos.
La Confesión de fe asimismo sirve para dar a conocer a otras personas en forma concisa los contenidos esenciales de la fe nuevoapostólica.

Los primeros tres artículos de la fe responden ampliamente a la Confesión de fe apostólica; tratan sobre el trino Dios. Los artículos que siguen, el 4 y el 5, describen la actividad de los Apóstoles, el artículo 5 además, la actividad de los demás portadores de ministerio. Los artículos 6, 7 y 8 explican los tres Sacramentos. El artículo 9 tiene como contenido la esperanza en el futuro (escatología). El tema del artículo 10 es la relación con las autoridades estatales.

El término “escatología” es sinónimo de la “doctrina de las últimas cosas”. Se refiere tanto al futuro del individuo (“escatología individual”) como a la consumación de la historia de la salvación (“escatología universal”).

El primer artículo de la fe trata sobre la existencia de Dios, el Padre, como el Creador.

Dios, el Padre: ver preguntas 37. y 67. ss.

El segundo artículo de la fe habla sobre Jesucristo, el fundamento y contenido de la fe cristiana.

Jesucristo: ver preguntas 37. y 93. ss.

El tercer artículo de la fe confiesa la fe en el Espíritu Santo, es decir la tercera persona de la divinidad, así como la fe en la Iglesia, la comunión de los santos y en la ulterior salvación.

Espíritu Santo: ver preguntas 37. y 197. ss.

Forman parte de la “comunión de los santos”, en sentido estrecho, todos los creyentes renacidos por agua y Espíritu que se dejaron preparar por los Apóstoles de Jesucristo para el día del Señor y fueron aceptados por Él como su novia. En el retorno de Cristo se revelará quiénes son partícipes de esta comunión. En sentido más amplio, forman parte de la “comunión de los santos” todos los que pertenecen a la Iglesia de Cristo. Esto quiere decir que son todos los que ya hoy reciben la salvación de Jesucristo. En su consumación, la “comunión de los santos” se mostrará en la nueva creación.

El cuarto artículo de la fe dice que Jesucristo gobierna en su Iglesia y que este reinado halla expresión en el envío de los Apóstoles.

Apóstol: ver preguntas 37. y 421.; 453. ss.

En el quinto artículo de la fe se hace referencia al ministerio espiritual.

Ministerio: ver preguntas 37. y 416. ss.

El sexto artículo de la fe está dirigido al Santo Bautismo con Agua.

Bautismo con Agua: ver preguntas 37. y 481. ss.

El séptimo artículo de la fe trata de la Santa Cena.

Santa Cena: ver preguntas 37. y 494. ss.

El octavo artículo de la fe toma como tema el Santo Sellamiento.

Santo Sellamiento: ver preguntas 37. y 515. ss.

El noveno artículo de la fe habla del retorno de Cristo y de los hechos que acontecerán a continuación.

Doctrina de las cosas futuras, retorno de Cristo: ver preguntas 37. y 549. ss.

El décimo artículo de la fe tiene como contenido la relación del cristiano con el Estado.

La Iglesia Nueva Apostólica como parte de la sociedad: ver preguntas 37. y 745. ss.