Se ofrecen uno o dos Servicios Divinos a la semana, círculos de conversación y otras reuniones - también ofrecimientos especiales para diferentes grupos de edad.
Lo que la asistencia espiritual significa se puede ver en los relatos sobre el comportamiento de Jesús. Él se dirigió al pecador, sea quien fuera, y le hizo sentir su amor. Escuchó, ayudó, consoló, dio consejos, exhortó, fortificó, oró, enseñó. Jesús vino para todos los hombres, pero no todos los hombres lo aceptan.
Precisamente en una sociedad, la cual se caracteriza cada vez más por soledad, aislamiento y exclusión de muchas personas, el creyente recibe cuidado y acompañamiento en su vida cotidiana por un asistente espiritual.
Todos los miembros de la Iglesia Nueva Apostólica tienen derecho a una asistencia espiritual individual. Ella comprende diálogos personales acerca de la vida de fe, la vida natural así como también el soporte en situaciones especiales de la vida. Personas enfermas y de avanzada edad, así como moribundos, son visitadas regularmente, si lo desean, por los asistentes espirituales en los hospitales y residencias de ancianos. También se ofrece asistencia espiritual en este sentido en los centros penitenciarios.
La asistencia espiritual no solamente es tarea de los portadores de ministerio de la Iglesia, sino, en un sentido más amplio también de toda la comunidad. Se refiere a la ayuda práctica en la vida.
El acompañar a los deudos sirve para alentarlos a hablar sobre la pérdida y poder expresar sus sentimientos. Se pueden tocar temas como tristeza, miedo, rabia, estar reñido con Dios y sentimientos de culpa, y expresarlos sin reservas al asistente espiritual. Una de las funciones de la asistencia espiritual es recordar precisamente en esos momentos lo positivo, hechos o experiencias felices con el difunto, y también hacer tomar consciencia del consuelo que está en la esperanza del retorno de Cristo y la resurrección de los muertos en aquel día.
Puede tener lugar en el mismo día del sepelio, o también en otro momento. La congregación de duelo acompaña a los deudos, les expresa el pésame y les transmite una sensación de seguridad en la comunión, y se rinde homenaje al difunto.
Elementos de la ceremonia funeraria de la Iglesia son la inhumación y la celebración del Servicio Divino de duelo. El desarrollo y la estructuración pueden variar; en principio, la liturgia es como en un Servicio Divino de palabra y es igual en el enterramiento como en la cremación. Donde es posible, un coro colabora en el acto y contribuye así a una despedida digna del difunto, dando consuelo.