Como parte sólida de la vida cristiana, los Servicios Divinos ofrecen cada vez la oportunidad de comunión con Dios y los hermanos y hermanas en la fe. Los participantes de los Servicios Divinos encuentran aquí el descanso y calma necesarios para escuchar la palabra de Dios. En la prédica y en la celebración del perdón de los pecados y de la Santa Cena pueden recibir la paz divina, lograr gracia y redención y sentir el amor divino.
Los Servicios Divinos en la Iglesia Nueva Apostólica son ofrecidos los domingos, y en muchas comunidades también los miércoles o jueves, y están abiertos a todas las personas interesadas.
El Servicio Divino comienza con la fórmula de la introducción trinitaria y una oración. Los Servicios Divinos transmiten nuevas fuerzas para el alma, generan alegría y describen el futuro de los que siguen a Jesús: la salvación y redención eterna y la comunión con Dios.
En el Servicio Divino, los cristianos nuevoapostólicos experimentan la estrecha comunión con el trino Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esta comunión da fuerzas, consuelo y esperanza en situaciones de vida difíciles. Al mismo tiempo, el hombre se reconoce a sí mismo en las palabras de la prédica, y se da cuenta de su comportamiento y su necesidad de redención. Consciente de ello puede recibir con fe el perdón de pecados y celebrar la Santa Cena.
Los creyentes confiesan sus pecados frente a Dios y reciben el perdón de los pecados en el nombre de Jesús. Se esfuerzan en perdonar también a su prójimo y aceptar la gracia de Dios con plena consciencia. Ello libera el alma. La celebración de la Santa Cena tiene lugar en cada Servicio Divino.
La bendición trinitaria al final del Servicio Divino ha de acompañar a los creyentes a la vida cotidiana.
Además pueden tener lugar actos sacramentales y dispensaciones de bendición adicionales, así como ordenaciones o puestas en descanso de portadores de ministerio.
Donde es posible, también hay música en el Servicio Divino. A través del canto de la comunidad, del coro y/o de instrumentos musicales se expresa y se transmite alabanza, agradecimiento, amor, paz, alegría, ánimo, fuerza y esperanza. La música antes del Servicio Divino prepara la comunidad para la prédica. La música en el Servicio Divino acentúa la palabra anunciada.